lunes, 26 de enero de 2009









Por David Hidalgo Vega / ElComercio.com.pe

Al dejar una carrera militar de quince años, el francés Alain Wittmann optó por dedicarse a la fotografía forense. Su trabajo ha permitido esclarecer violaciones de los derechos humanos.

Desde hace un tiempo ha puesto su lente en el Perú

Como corresponde a un hombre que toma fotografías de restos humanos, Alain Wittmann es un tipo sereno. Por momentos sus gestos adoptan la gravedad de alguien que está acostumbrado a trabajar en silencio. De hecho, durante años ha captado imágenes de lugares que enmudecerían a cualquiera, por las huellas de crueldad que presentaban, de manera que la apariencia metódica de su carácter no resulta una sorpresa. "Uno no imagina las cosas que se puede ver en este trabajo", señala. Su objetivo es traducirlas en evidencia.
Su primera experiencia fue en la antigua Yugoslavia. Había ingresado como parte del personal civil para el Tribunal Penal Internacional que investigaba los crímenes ocurridos en la sangrienta guerra civil. "Tenía que tomar fotos de las fosas. Algunas eran muy grandes. Recuerdo una en Bosnia en la que habían sido enterrados 250 cuerpos", recuerda. Captar detalles específicos del modo como tantos seres humanos fueron ejecutados podía resultar abrumador, incluso para un hombre entrenado en las secuelas de la guerra. "Fue impresionante", admite Wittmann.
Texto Completo